Enrarecidos

 El 27 de octubre del 2020, como cada día iba a hacer mi hora de natación para intentar mantener la musculatura que mi enfermedad rara, se encarga de chuparme cuando considera oportuno.  Me acordaré siempre,  eran las 8:25 de la mañana y a esas clases de acuagim, también viene mi madre que por edad le conviene y esta encantada hacer sus clases.  Un minuto antes de entrar, me dijo, que le mirara la espalda, que le dolía  en la parte superior. Le comente que no veía nada, - quitando hierro le dije.- que seria de haber dormido mal por la noche. Sin embargo, el color le empezó a cambiar y un temblor empezó en ella.  Nunca durante 76 se había quejado de nada, pues con 3 hijos con una enfermedad Rara, no había dado tiempo para eso, y la verdad, No  ha sabido. Pero ese día hacía una cosa que, francamente me extraño, se dejaba hacer, se dejaba que le guiaran, qué le taparan, que le tomaran la tensión, que decidieran por ella.  Ante esta actitud, me di cuenta que las cosas no estaban bien. Algo